El Bar de Pepe significa la esencia misma de la opinión de la gente que llamamos de la calle. En el Bar de Pepe las tertulias se hacen alrededor de una mesa de formica rodeada de tantas sillas como tertulianos. Con un litro de vino o unas cañas de cerveza en la mesa, manises como aperitivo, todos somos o nos creemos poseedores de la verdad, tanto es así, que a veces parece que la tenemos patentada.
En el Bar de Pepe no hay portero, ni se cobra entrada, ni se discrimina por religión, sexo o ideología. Es donde el libre pensamiento se expresa sin problemas y se opina de todo lo divino y humano. Desde el guardia civil retirado, pasando por Antonio el carpintero o Juan el fontanero, todos tienen voz en el Bar de Pepe, todos pueden hablar en libertad.
La crisis brutal, provocada por oscuros intereses financieros en un país gobernado por verdaderos mediocres, donde la casta de políticos corruptos campa a sus anchas por toda la geografía española y canaria en particular, que va dejando en la cuneta de la autopista de la vida a decenas de miles de personas, tiene que terminar. En el Bar de Pepe npo se tiene miedo a la falsa democracia convertida en dictacracia y sin miedos, sin fobias o filias, sin alzar la voz, todos al unísono dicen ¡¡basta ya!!