MEMORIAS DE UNA VIEJA GLORIA
Yo ya había cumplido mi primera decena de años y ya empezaba a despuntar de forma sorprendente la mejor jugadora que había en las islas, eso al menos decían los que sabían y a los que escuchaba mientras prestaba atención al juego y al ver a una chica tirando a canasta en una suspensión casi perfecta, y digo casi perfecta porque en la tele de aquella época no se distinguían muy bien los detalles de unos y otros.
Charo seguía siendo el estandarte de nuestro baloncesto femenino y durante este periplo ya había estrenado internacionalidad con España frente a Australia con Josép Lluis Cortés (q.e.p.d.), de entrenador, en un amistoso, que si mal no recuerdo, se disputó en Madrid y donde las “aussies” nos ganaron con cierta facilidad.
La verdad es que la historia la escriben las personas y los hechos, o al contrario, que me da lo mismo, y esta parte de la historia del baloncesto canario seguramente empieza por Charo Borges. Ella puso la primera piedra para que muchas mujeres tomaran la firme decisión de dar un paso adelante y jugar a lo que más les gustaba, sin depender de lo que pensaran los demás.