( ) Francisco Viña construye una obra de dimensiones alcanzables desde los sueños sobrevividos a las realidades. No en vano pertenece a una generación de soñadores que intentaron crear un mundo donde la libertad, la solidaridad y la dignidad fueran bandera ideológica. Un mundo nuevo, libre, independiente, capaz de buscar y practicar la verdad, que legítimamente le pertenece (...).
Pepa Aurora Rodríguez Silvera
( ) Sus poemas tejen un duro contexto social castigado, aunque más hiriente y doloroso resulta descubrir esa rabia contenida escondida en la trastienda social del Archipiélago que alienta una impasividad indolente generalizada que supone la victoria, la rapiña y botín de guerra para los codiciosos sectores dominantes. El poeta intenta liberar y redimir esa situación a través de una batalla limpia y solidaria, con soldados de la armonía y construir colectivamente a base de sueños, esperanzas, amor y pasión un futuro distinto que evite la destrucción individual, colectiva y natural para que uno vuelva a ser uno con todos y borrar que nuestros procreadores se saquen de la boca cerrada todo menos la esperanza (...).
José Manuel Castellano Gil