Uno de los encantos de este libro es la aparente sencillez que lo hace asequible a cualquier sensibilidad.
Julia Gil, una escritora madura, tardía en darse a conocer, curtida en la enseñanza de la Literatura, nos presenta en estos relatos poéticos las experiencias emocionales de una niña, hilvanadas con el impulso vital y la melancolía sobre el tejido cotidiano y profundo, ingenuo y mágico, de la infancia.