Esta es una historia entrañable de amor, amistad y solidaridad.
Gali es un niño saharaui de ocho años que vive con su familia en un campamento de refugiados. La vida allí es muy difícil, sobre todo para los niños y los ancianos.
Pero, a pesar de todo, Gali es feliz, vive con sus padres y hermanos rodeado de cariño. A su lado viven sus abuelos, a los que quiere mucho, y sus tíos y primos. Este es uno de sus mundos.
Desde hace unos años los niños saharauis pasan los calurosos veranos del desierto en otros países, invitados por familias. Así se libran de los 50 grados de calor, pueden bañarse en el mar y en la piscina, comer helados y muchas cosas ricas y visitar el hospital para ponerse buenos. Este es el otro mundo de Gali: Mamana, la mujer que lo trajo a Canarias y que fue para él como una madre y la abuela Carmela; sus compañeros del nuevo colegio, los amigos con los que juega...
Cuando llegó el momento de volver a casa, al desierto, la abuela Carmela le regaló una bolsa con cuadernos y bolígrafos. Podría escribir lo que le había sucedido y también todo lo que estaba por venir. Desde entonces, Gali le manda a la abuela Carmela esos cuadernos donde va dejando escrita su historia.