En este ensayo el autor plasma la visión de un mundo en profundo deterioro ambiental causado por la contaminación, la pérdida de biodiversidad y el cambio climático, en parte provocados por los humanos, todo contado por un árbol, un viejo e histórico almácigo ubicado en Guía de Isora.
El árbol, con sus raíces en la madre Tierra y sus ojos/ hojas escrutando el Cielo, denuncia los excesos de la especie humana cuya ciega ambición ha motivado la ruptura de los equilibrios naturales.
Exhorta a cambiar profundamente nuestra manera de vivir, lejos del consumo superfluo y la explotación indiscriminada de recursos, y considera a la Tierra como un bien global a preservar por las generaciones venideras.
Este árbol singular, cuyos padres adoptivos son el Cielo y la Tierra, entabla interesantes conversaciones sobre el espacio y el tiempo, el ser y el no ser, la vida y la muerte. Reflexiones que nos hacemos todas las personas a lo largo de nuestras vidas.