Francisco Rodríguez Medina es un maestro vocacional que ejerce en las facetas creativas y por eso pretende que sus lectores se contagien de aquello que él ama: su tierra natal, los usos rurales, el vocabulario que se resiste a desaparecer.
Nos habla también de pasiones nobles y elementales que tropiezan con los estrictos códigos sociales. Como si los destinos humanos estuviesen predeterminados por la clase social, el territorio y la memoria, por normas ancestrales que han de ser guardadas escrupulosamente.
Al calor de la badana es un canto a la infancia, la rememoración del pasado que adquiere las dimensiones de lo idílico. Todas las labores del plátano y la lucha de unos personajes por cambiar su condición. De este modo aparecen los caminos de ida y vuelta entre Canarias y Venezuela, la gran madre que nos amamantó en décadas difíciles. La emigración como válvula de escape de los necesitados, el único camino para lograr fortuna.
Al calor de la badana refleja de manera meticulosa y exhaustiva todas las labores del cultivo del plátano, y en ese hábitat especial ubica el autor sus personajes, convencido de que allí dentro tendrían más calor, más ardor y más fervor las pasiones de los personajes....
Luis León Barreto